18 de agosto de 2016

Lo que pasa al crecer.

Hace mucho, tiempo en una ciudad desconocida, una pequeña jovencita llamada Wendy vivía con sus dos hermanos en una casita de madera. Wendy, cada noche, les contaba historias a sus hermanos. A ellos les encantaba oír relatos fantásticos y cuentos de otros mundos, pues imaginaban las historias como si las pudieran vivir en carne propia.


Un día Wendy les volvió a contar la historia de un niño que vivía en un lugar muy lejano, un niño aventurero que vivía en el país de Nunca Jamás y que un día prometió no crecer. A sus hermanos les encantaba ese cuento y cuando Wendy terminó, todos cayeron dormidos soñando con sus hazañas junto al grandioso Peter Pan.

Lo que ellos no sabían era que al leer su historia, invocaban su presencia. El mismísimo Peter Pan, sentado en la cornisa de la ventana, escuchó atentamente toda la historia y decidió entrar a conocer a los ocupantes de aquel hogar.

Wendy despertó sobresaltada por un ruido, sus hermanos también despertaron y dieron un fuerte grito al ver la sombra de un hombre en la ventana. Wendy corrió y encendió la luz para ver mejor, entonces un hombre viejo, desdentado y fachoso apareció en la ventana.

El hombre escuálido miraba con turbación y temor aquellos rostros que solo demostraban desagrado y espanto.  La piel le forraba apenas los huesos y sus arrugas revelaban su vejez.

-¿Qué es lo que buscas anciano?  -dijo el más pequeño de los hermanos.
-¡Solo he venido a escuchar más historias, mi pequeño camarada! – le responde el viejo casi cantando.

Wendy aún no entendía como un hombre tan viejo podía haber trepado hasta su ventana, la cual quedaba en el piso más alto de la pequeña casa.

-¿Cómo es que has llegado hasta aquí? –le preguntó Wendy.
-He llegado volando.  –respondió el viejo senil.

Entonces empezó a dar algunas vueltas sobre el suelo, se agarró la cabeza como queriendo recordar algo con mucho esfuerzo y cayó desmayado. Wendy y sus hermanos lo recogieron y lo pusieron encima de su cama. Durmió tan solo unos minutos y se levantó alarmado.

Empezó a buscar entre los cajones de los niños, debajo de sus camas y encima de sus cabezas pero no encontraba nada. Agarró entonces sus escasos mechones, se tiró al suelo y empezó a llorar.

Wendy sacó de su bata de dormir un beso, con cariño se arrodilló ante el anciano y se lo dio. Él levanto su triste mirada, la observó con ternura y luego con desprecio. En seguida se levantó del suelo y siguió buscando. Entonces se lanzó hacia la mesita de noche de Wendy y de ella sacó un broche en forma de mariposa.

El hombre, sin más aliento, dejó caer su triste cuerpo de nuevo, las lágrimas rodaban por su rostro, empezó a besar el broche y con nostalgia les dijo a los niños:

-Mi nombre es Peter Pan y buscaba a Campanita.

Al momento quedó tendido en su quebranto y murió.

Los niños, paralizados, observaron el cuerpo confundidos. Un fuerte viento pasó por la ventana, ellos asomaron sus cabezas hacia la cornisa y encontraron la escalera por la que el viejo había subido.

Cuando voltearon a ver, el cuerpo se estaba desvaneciendo y mientras desaparecía, de las manos del anciano, un hada salió volando.

FIN





Cuento al revés Peter Pan


Mol
Jueves 18 de agosto.

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