20 de abril de 2018

Todos hemos olvidado a nuestro Benjamin.

Primero se deja de jugar a matar insectos, luego piensas dos veces en tu limpieza antes de subirte a una montaña de tierra, después empiezas a dar órdenes y te conviertes en un gruñón, finalmente olvidas quien fuiste y te dejas controlar por tu hombrecito interior que te dice que hacer. Los adultos son extraños. (Saint Exupéry, 1943)

24 señales para descubrir a un alíen es la primera novela de Juliana Muñoz Toro, ganadora del tercer concurso de escritura Tragaluz (2016), y está ilustrada por Elizabeth Builes. El libro se divide en 24 capítulos que reúnen las señales para descubrir que un alíen se ha apoderado del cuerpo y el corazón del padre de un niño de ocho años llamado Benjamin.

El niño lucha cada día por entender a sus padres, a su mamá cambiándose la peluca por la noche y otra vez en la mañana y a su padre gritando, dando órdenes y siendo cada día más gruñón. Por eso, Benjamin afirma con completa seguridad que un alien se adueñó de su padre, el pequeño hombrecito se posó en el lugar de su corazón, conoce sus pensamientos y sentimientos y pronto va a conquistar el mundo empezando por su madre y él.

Benjamin nos conduce a través de una historia infantil que puede que represente a más del 90% de la población colombiana, y no escribo un 100% porque tal vez muchos no le arrancaron, sin querer, las paticas a un cucarrón o jugaron con un sacamocos, o adoptaron a un gallina. Pero más de uno jugó con tierra y creó historias fantásticas con los muebles de la casa y las cajas del sótano. Todos fuimos niños alguna vez, solo que no lo recordamos.

24 señales para descubrir a un alíen es una crítica hacia los adultos, los adultos que cambiaron con el tiempo y que tal vez no tuvieron la culpa de convertirse en un alien, porque nunca se dieron cuenta en que momento llegaron a serlo o porque cuando crecieron olvidaron muchas cosas importantes que lo dejaron entrar. Es una crítica a la relación familiar y a los cambios de afecto que tiene un niño por sus padres, al entendimiento de los sentimientos y acciones de los adultos.

Los personajes atrapan desde el comienzo de la historia, hasta el punto en el que el lector se convierte en un niño y también siente la necesidad de entender el comportamiento de los padres de Benjamin, es ahí cuando el libro permite evocar los recuerdos del niño interior que todos llevamos dentro y nos conduce por nuestro propio sentimiento.

La forma en como está escrita la obra puede tornarse confusa por el cambio de las reglas ortográficas que usó la autora, en mi opinión, no se puede hacer uso de ese experimento cuando el libro va enfocado hacia un público infantil que está empezando a aprender sobre la escritura y este solo lo lleva a la confusión y al desorden.

Aunque este enfocada hacia los niños, el libro es válido para todo el que quiera disfrutarlo, es curioso como la autora juega con la historia porque para un adulto pueden ser obvios los mensajes escondidos en la historia, pero para un niño es una más de las aventuras que vive a diario.

La obra tiene momentos cómicos, tristes y extraños, pero, ya que es narrada por un niño, todo lo vemos con ojos, corazón y alma de niño, cosa que tal vez muchos habíamos olvidado hacer y entonces también habíamos sido gobernados por un hombrecito que nos dice que hacer y nos vuelve más gruñones cada día.

Todos hemos olvidado a nuestro Benjamin.

Referencias

Antoine de Saint Exupery (1943) El Principito. 


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