31 de enero de 2023

Laila Abu Shihab, la mujer que vive de sus historias.

Por: María Molano

 


Laila Abu Shihab conoce hasta cinco cafés por cada localidad que visita de Bogotá. Los dueños de cada lugar ya la conocen y no puede, entre muchos, elegir el que más le atraiga. Aquí y allá se le ve trabajando, leyendo o escribiendo. Con cada lugar que visita, una nueva historia se forma en su cabeza. No le gusta quedarse quieta, más bien es una nómada sin arreglo que ha encontrado su pasión en los viajes.


Foto por: Sandro Sánchez- RTVC

 

La primera vez que la conocí fue en una conferencia en la Feria del Libro, recuerdo que se llamaba ‘‘Cómo viajar barato’’ y todo el público, según lo que escuchaba en la fila, esperaba ofertas de viajes y hoteles gratuitos para poder viajar más fácil. Todo lo contrario, Laila era la entrevistada y su tema principal era como no quedarse estancado en una vida sin disfrute, como salir de la rutina, olvidarse y desconectarse de las actividades laborales o estudiantiles. Le hice algunas preguntas al final de la reunión y presenté una noticia acerca de su conferencia en un trabajo académico.

 

Las experiencias de Laila son un aliento para aquellos que no han salido de su zona de confort y que solo piensan en trabajar y ganar más dinero para seguir comprando y obteniendo cosas que no definen su felicidad ni su vida.

 

‘‘La mejor forma de relacionarme conmigo misma es viajando, conociendo lugares y culturas. Hoy soy una mejor versión de mi misma y mis virtudes se han potencializado gracias a mis viajes. He aprendido mucho y seguiré aprendiendo.’’, afirma.  

 

Infancia y adolescencia.


Desde su infancia, Laila Abu Shihab Vargas descubrió su vocación por la escritura y la literatura: ‘‘Era la primera en levantar la mano entre mis compañeros, me encantaba participar y leer en voz alta frente a todos los de mi clase’’.

 

Nació en Bogotá el 23 de Noviembre de 1980, hija de un palestino que llegó a Bogotá en los setenta y  una colombiana administradora de empresas quien en la actualidad ya está jubilada. Es hija única, pero por parte de su padre tiene 4 hermanastros. ‘‘Abu Shihab es uno solo, pero es solo eso, un apellido. Mi padre nunca vivió conmigo’’, dice Laila.


Estudió en el Colegio Helvetia de Bogotá. Su proceso como lectora comenzó con los clásicos de la literatura francesa como Molière, Albert Camus, Antoine de Saint-Exúpery, entres otros. Cuando se le pregunta cual es su autor favorito nunca puede decirlo con certeza pues dice que depende de la vida y las circunstancias. ‘‘Hoy puede gustarte la literatura latinoamericana, mañana la francesa y luego la rusa, pero siempre será diferente según lo que leas’’.

 

Es adicta al teatro, nunca ha actuado pero siente que es algo que no le puede faltar a su vida, ha ido a muchas obras de teatro, tanto comerciales como independientes, ha sido espectadora de festivales a nivel internacional y siempre va en busca de más espectáculos que llenen su alma de emoción.

 

Además es apasionada por el fútbol, le encanta ver a la Selección Colombia jugar y es hincha ‘‘a morir’’ de Millonarios F.C. Jugo fútbol por muchos años desde que era niña pero hace más o menos dos años que no toca un balón.

 

Cuando terminó el colegio se vio atraída por las Ciencias Políticas, carrera que le permitiría ahondar en el periodismo y  la escritura.

 

Así comenzó sus estudios en el pregrado de Ciencias Políticas con énfasis en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Colombia. Siempre fue una buena estudiante por lo cual se destacó en su buen promedio de notas y quedó exenta de pagar matricula por cinco semestres.

 

Laila empezó a trabajar en la Casa Editorial El Tiempo cuando aún era estudiante de pregrado. En la actualidad sigue trabajando como redactora y asistente en esta editorial.

 

A través de la aventura.

 

A Laila siempre le ha gustado ser autosuficiente, por eso, como escritora, es independiente y esto le permite que sus horarios sean más flexibles. ‘‘Ya que soy independiente y me valgo de mi misma para sostenerme, puedo ir a diferentes lugares, viajar, tener tiempo para leer, para ir a teatro, para escribir y para esas cosas de las que necesitamos todas las personas, pero que con un trabajo más fijo y arduo no se tendría la posibilidad’’, afirma la escritora.

 

Su delirio por viajar empezó desde la universidad cuando, luego de terminar su pregrado decidió hacer su primer viaje para estudiar una maestría fuera de Colombia. Entre todo el mar de países que ha visitado, Argentina fue su primer destino. ‘‘Tenía 24 años y fue mi primera experiencia viajando fuera el país, mi primera vez viviendo sola, y conociendo gente diferente, ahí me di cuenta que lo mío era viajar y que quería hacerlo por mucho tiempo.’’

 

Cuando se vio en la posibilidad de viajar más lejos de su hogar, preparó sus cosas y partió hacia la aventura. Con el dinero que había ahorrado durante toda su carrera y su trabajo se fue a Europa y comenzó una travesía por un año que le dejó miles de experiencias y vivencias que solo la escritura le permitiría revivir.

 

‘‘Llevaba siempre conmigo un libro, y ese libro definía el momento. Recuerdo cada libro que leí en cada ciudad que estuve, y cada situación en la que lo terminé’’ 

 

Laila se destaca por ser una entusiasta, una aventurera. Hizo su viaje sola, pero como ella afirma, no lo hizo porque fuera una persona solitaria sino más bien porque tenía la posibilidad y otros no contaban con sus ventajas. 

 

“Mucha gente lo primero que me preguntó cuando decidí hacer mi travesía por Europa fue: ¿No te da miedo viajar sola y siendo mujer? Y yo nunca lo sentí. No le tengo miedo a viajar sola y menos cuando se volvió algo adictivo para mí, pero sé que viajar solo no es para todos, porque sí creo que para esos viajes debes tener mucha fortaleza mental y física porque hay momentos duros de soledad y nostalgia. También creo que no es para todo el mundo, porque lamentablemente hay un imaginario en nuestra sociedad que si estás solo es porque no tienes nadie con quién viajar. A mí sí me gustaría luchar contra eso, si andas solo no significa que seas un ser solitario, significa que para ese viaje no hubo alguien que te acompañara y que no te vas a perder la oportunidad de recorrer el mundo".

 

 

Una de las historias que más afectaron a Laila de su travesía por Europa, fue visitar Polonia, pues estuvo en los campos de concentración nazis en Auschwitz y sintió recorrer por su cuerpo la melancolía y la pena del recuerdo de aquellos que habían muerto en ese lugar.  ‘‘Fue horrible. Allí sentí la tristeza y los lamentos, envolverme en una profunda desesperación, es un lugar al que jamás regresaría, no me gustaría volver a sentir eso.’’

 

Durante su viaje, Laila tuvo altibajos y felicidades, conoció música que jamás había escuchado y trató con personas que nunca espero conocer y que no solo le dieron una mano sino que hicieron parte de su vida mientras estuvo lejos de su casa.

 

Perdió a su mejor amiga durante el viaje debido a una pelea que tuvieron cuando ella decidió irse. ‘‘Fue uno de los golpes más duros que he tenido en toda mi vida. Pero las cosas pasan y uno tiene que levantarse y seguir adelante, no puedo negar que dolió hasta el infinito pero hay que superar las cosas que te atan a la tristeza.’’ 

 

Laila es una mujer apegada a su familia, a sus amigos, a su tierra, durante su viaje los extrañó y tuvo momentos de nostalgia y desfallecimiento, pero siempre recordaba que hacía lo que amaba y se le olvidaba por completo que estaba lejos.

 

Sus amigos la destacan por ser una persona diferente: ‘‘Laila es simplemente rara, en el sentido bueno de la palabra, ella no le teme a nada, ella se lanza sin que nada le atormente, es una de las cualidades que muy poca gente tiene.’’, dice uno de sus amigos más cercanos

 

Tuvo dos romances a lo largo de su recorrido y a los dos los recuerda como una de las mejores vivencias que pudo tener. ‘‘Hoy sé que en cada continente guardo a un amigo que me recibirá con los brazos abiertos si le pido posada, así como yo también lo haré si algún día deciden venir a Colombia.’’

 

Nunca olvida tomar una foto para recrear su historia. ‘‘Si no hay foto, no pasó’’ Una de las formas que Laila describe como esenciales para poder viajar es saber que tipo de viajero eres y sobre todo, medírsele a cualquier cosa, no tenerle miedo a nada.

 

 

Lo que dice la experiencia.

 

Con tan solo 35 años Laila ha conocido más de 27 países y 130 ciudades en todo el mundo. Y de todas y cada una de ellas se ha llevado una realidad diferente, un punto de vista distinto al que tenía antes de hacerlo.

 

‘‘Entre más viajo, más quiero seguir haciéndolo. Mi vida se define en viajar para escribir y escribir para viajar, no tengo miedo a seguir aprendiendo, más bien cada vez siento más curiosidad por todo lo que me falta por conocer.’’

 

Hoy en día Laila es profesora de cátedra en la Universidad del Rosario y en la Universidad del Externado de Colombia. Allí enseña a todos sus estudiantes a través de sus historias y anécdotas a no dejar que la vida los ate a una realidad que no quieren y a dejar que el tiempo les pase por encima mientras pierden sus años esperando a comprender que es la felicidad realmente. 


Su próxima aventura será escribir un libro que tendrá por titulo ‘‘Crónicas de viaje’’, donde compartirá cada una de sus anécdotas e historias que partirán de la premisa: lo que amas está por encima de todo lo demás.

 

A pesar de que el físico de esta mujer sea parecido al de una árabe, con solo escucharla hablar u observar sus acciones; como cruzar las piernas o subir los pies a la silla mientras habla, o el movimiento de sus manos cuando está explicando algo o cuando se quita las gafas para descansar y hacer un comentario más profundo; con solo escuchar el sonido de su voz, tiene atada al alma su esencia colombiana.

 

Y eso es lo que más sobresale en un colombiano, en Laila. Una persona que quiere cambiar el mundo a través de sus raíces, a través de sus historias, a través de la felicidad.

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