12 de julio de 2015

Una canción para amar, y para recordar...


‘’Es difícil dejar ir a un ser que amas, pero es verdad que nadie muere si permanece en nuestros corazones’’ – S. B

 La historia del día de hoy es sobre la canción Tears In Heaven de Eric Clapton, canción que compuso para el soundtrack de la película Rush (1992) pero que la de dedicó a su hijo de 4 años Conor, que murió unos meses atrás de ser compuesta por el artista.

 Cuando le pidieron a Eric que compusiera la canción, le dijeron que tenía que hablar de la perdida, y Eric no dudo ni un segundo en componer el mejor tema en honor a su hijo, por los años que no podría compartir con él, y por los sentimientos que lo inundaban al recordarlo. Eric compuso la canción junto al artista Will Jennings, y ninguno de los dos tenía ni idea del grandioso éxito que tendrá esta con el pasar de los años.

 Hasta el mismo autor de la canción del Titanic, Jennings, mencionó: "Es más, a través de mi mente estaba tan implicado en la sensibilidad del tema que ni siquiera pensé en eso. Soy un apasionado de todas las canciones que escribo, pero esto fue distinto".

 Clapton la canto en numerosos conciertos, llenado de emociones su corazón y permitiendo que su hijo le diera la fuerza para cantar en todos ellos, hasta 2004 cuando dejo de interpretarla y dijo: "Ya no siento tanto la pérdida, que es parte de la realización de esas canciones. Realmente tengo que conectar con los sentimientos que estaban allí cuando las escribí. Mi vida es diferente ahora. Probablemente sólo necesitaré un descanso e introducirlas desde otro punto de vista más separado al sentimiento".

 Esta canción, es un claro ejemplo de que la música puede ser la forma más hermosa de recordar y despedir a una persona que amamos, Eric Clapton un artista reconocido a nivel mundial y dejó una huella en el corazón de muchos con este tema.

 La música es una gran salida para no dejar de amar y de ser, y los sentimientos en ella son la mejor forma de demostrar a las personas que se quiere, que se ama, que se siente, y que nunca se olvida…


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